martes, 16 de agosto de 2016

¿QUE ES EL RUIDO?


2- ¿CÓMO NOS AFECTA?


 La exposición a niveles elevados de ruido puede provocar la pérdida temporal de la capacidad auditiva, un efecto que se conoce con el nombre de fatiga auditiva y que se recupera con el descanso sonoro, cuando no se han producido lesiones del nervio auditivo.

 Si la exposición al ruido ha sido elevada en intensidad y tiempo o ha habido una fatiga prolongada sin tiempo de recuperación, se puede llegar a la hipoacusia, o pérdida de audición permanente. Por otra parte, exposiciones de corta duración a ruidos muy intensos, como por ejemplo una súbita explosión, puede ocasionar la rotura del tímpano.

Para determinar los efectos sobre la salud de los trabajadores se deben considerar la intensidad y la frecuencia del ruido y el tiempo de exposición. La legislación actual reconoce la hipoacusia o sordera provocada por el ruido, en el trabajo, como enfermedad profesional.


  

Ahora bien, los ruidos están tan integrados en la vida cotidiana y especialmente en el ámbito laboral, que a menudo los consideramos naturales e inevitables. Cuando tenemos la sensación de que nos hemos habituado al ruido y que ya no nos molesta es cuando puede resultar más peligroso porque seguramente ya hemos perdido audición.
 La exposición continuada al ruido puede suponer, además de la pérdida de capacidad auditiva, la alteración del ritmo cardíaco y de la respiración, y también puede tener influencia sobre el sistema endocrino y el nervioso. Igualmente, el hecho de trabajar en un ambiente ruidoso puede alterar el sueño, producir cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza y náuseas, y en algunos casos afectar a la salud mental, ya que a veces provoca síntomas de ansiedad e incrementa la desazón y el estrés.
 También afecta negativamente a nuestra relación con los demás y el entorno, por ejemplo creando malos entendidos en una conversación.
No es preciso que el ruido sea muy elevado para causar problemas. A menudo también interactúa con otros factores de riesgo e incrementa el peligro al que están expuestos los trabajadores. Por ejemplo, el efecto enmascarador del ruido puede llegar a ser fatal si el trabajador no oye a tiempo una señal acústica que le debe  prevenir de un peligro, incrementando el riesgo de accidente al neutralizar las señales de advertencia.
 Además, determinadas sustancias químicas como algunos disolventes, el plomo, el mercurio, el manganeso y otros fármacos determinados potencian los efectos del ruido sobre la audición e incrementan el riesgo de pérdida auditiva.
 Hay que saber que el ruido ha sido reconocido por el estado español como uno de los agentes físicos capaces de influir negativamente sobre la salud de la trabajadora embarazada.




3- Efectos del ruido sobre la salud


El ruido presenta efectos sobre la audición y sobre otros órganos y sistemas del cuerpo humano:

ALTERACIONES AUDITIVAS: 

El ruido presente en el entorno, tanto laboral como extra laboral, puede dar ocasión a alteraciones auditivas temporales (fatiga auditiva) o permanentes (hipoacusia o sordera). Los efectos fisiológicos que el ruido provoca en el oído son:

HIPOACUSIA:  Disminución de la agudeza auditiva que puede afectar todas las frecuencias audibles o  selectivamente los tonos graves o los agudos.




PRESBIACUSIA: 

Pérdida de agudeza auditiva con la edad. Si bien es un efecto fisiológico normal a partir de los 30 años, es más acusada en personas expuestas al ruido.






FATIGA AUDITIVA: 

Respuesta fisiológica de protección del oído hacia sonidos de intensidad elevada (>87 dB), que se manifiesta con una elevación temporal del umbral de audición persistente después de haber cesado la emisión del ruido.





EFECTO ENMASCARADOR: 

Efecto fisiológico por el que se ve disminuida la capacidad de percepción de un sonido debido a la presencia de otro sonido o ruido. Una de las incidencias más peligrosas del efecto enmascarador tiene lugar en el ambiente laboral, donde un sonido que debería servir de aviso puede no ser oído a causa de la presencia de otros ruidos, de manera que se ocasionan accidentes que habrían podido evitarse. Cuanto más próximas sean las frecuencias de los dos sonidos, más acentuado será el efecto enmascarador. 






Las lesiones señaladas dependen de factores como:
- La calidad del ruido (a igual intensidad son más nocivas las frecuencias agudas).
- El espectro de frecuencias (un sonido puro de alta intensidad causa más daño que un sonido de amplio espectro).
- La intensidad, la emergencia y el ritmo (el ruido de impulso, de carácter imprevisto y brusco, presenta una mayor capacidad lesiva).

- La duración de la exposición (exposición laboral y extra laboral).
- La vulnerabilidad individual (relacionada con una mayor susceptibilidad coclear por antecedentes de traumatismo craneal, infecciones óticas, alteraciones metabólicas, enfermedades hereditarias, etc.).
- La interacción con otras exposiciones (vibraciones, agentes químicos o fármacos ototóxicos pueden aumentar el riesgo de hipoacusia).




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